martes, 8 de abril de 2008

BOLETÍN No 1 REVISTA TERCER PISO

POR LA VIDA POR LA PALABRA

Por la vida de la palabra. Para liberar estas palabras, podría consultar muchos textos, hacer memoria de cientos de frases de cajón que mujeres y hombres de algún renombre, alguna vez dejaron escapar de sus labios, de sus manos, que ya no serían sepulcro de sus pensamientos.
Podría acudir a la literatura, a la semiótica, a la lingüística, a la historia o la geografía, incluso a ala filosofía; a cualquier discurso; y traer a cuento las combinaciones más sensibles, grotescas o sabrosas de éstos códigos que permiten representar la "idea", aún cuando nuestra garganta y sus sonidos sean ausentes, aún cuando nuestro ser físico sea recuerdo.

Sí, podría evocar sublimes estribillos, pero me resisto. Hoy, me gustaría desnudar el precario léxico con que interpreto nuestro mundo de la vida, o las realidades que, separadas y seleccionadas con avaro rigor y más ambiciones de poder manipularlo todo que de querer comprender las cosas, son coloreadas y estratificadas en moderna forma.

Compañera de nuestra historia como especie transformada y que transforma, la escritura es la puesta en escena de nuestra interpretación de las cosas, como diría Piero, "se cuentan solas, sólo hay que saber mirarlas" es nuestra verdad , nuestro juicio, es nuestra razón ante esa sociedad, esa otredad oculta por la falsedad del individualismo, de la indiferencia, es el precipicio al cual se avienta la expresión inconsciente, la crítica apasionada, el discurso erudito y la misma inconformidad del alma.

Palabras que son bala y caricia, veneno y alimento, conformidad y denuncia; como aquel libro de la risa, que además de ser leído en aquella recóndita abadía, fue muerto en el fuego de la Santa inquisición, narrado a detalle allí: En el Nombre de la Rosa, pueden negarse a generaciones futuras; bien podrían inmortalizar un nombre. Finalmente son la fuerza con que se alimenta el espíritu de nuestra historia, de nuestro recorrido como seres capaces de evidenciarse como sujetos que piensan su momento, su recuerdo, que sienten la vida, dolor por la injusticia, o esos mismos seres indiferentes y cínicos, que a través de discursos invisibilizan la miseria, la indignidad, la opulencia.

La intención no es otra que la de invitar a hacer de la palabra un arma (exhortación que ya se leerá como verdad de perogrullo, y no sin razón); y por favor, no la dejemos oxidar en nuestras "ideas", o embalsamarlas en nuestros nervios y neuronas que dejarán de moverse; dejemos que tengan vida, que se creen mundos que ni siquiera sus mentes originales podrían haber concebido, cuenten otras historias, además de las que originalmente fueron destinadas; que inciten a despertar esa dormida conciencia. . .
En este boletín participaron: Diana Lucia Penagos, Angel Sastoque y Francys Cárdenas. Integrantes grupo editorial revista de estudiantes del departamento de Ciencias Sociales TERCER PISO.

No hay comentarios: