Situación Nº 1:
En semanas anteriores la Universidad ha sido agredida por diferentes actos de violencia que han puesto en riesgo la vida de los miembros de la Comunidad Universitaria.
En esta afirmación que encabeza el comunicado, las directivas consideran que existe una amenaza externa que intimida la vida de los miembros de la Comunidad Universitaria y el orden institucional. Al denominar a quienes disienten de la posición de las directivas con el apelativo de amenaza, se utilizan los códigos clásicos de la guerra y en una guerra, el adversario es el objetivo; para alcanzar dicho objetivo, es necesario desarmar al enemigo y prescindir de él[1]. Por esta afirmación y las acciones que las directivas adelantan desde 2003, pareciera que los estudiantes, profesores y trabajadores que disentimos, somos el enemigo.
Situación Nº 2:
El agitado clima electoral ha afectado el orden académico de nuestra alma mater, siendo asediada por grupos que penetran clandestinamente en sus predios y de manera sorpresiva producen disturbios que alteran en forma significativa la convivencia.
La segunda situación a la que acuden las directivas es “el agitado clima electoral”. Cómo es posible que faltando doce días para las elecciones, el clima electoral afecte a la Universidad Pedagógica Nacional para decidir un cierre de catorce días y no afecte la Procuraduría General de la Nacional, la Contraloría General de la República, la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional, el Congreso de la República, las instituciones estatales y privadas y las otras universidades publicas y privadas del país, las cuales desarrollaron normalmente sus actividades y mantuvieron sus instalaciones abiertas, mientras la Universidad Pedagógica Nacional, suspendía sus actividades acudiendo al argumento del agitado clima electoral.
Según las directivas el agitado clima electoral afecta de manera causal el “orden académico” y la “Convivencia” con disturbios ocasionados por grupos que penetran sorpresiva y clandestinamente al alma mater. ¿Cuáles son los grupos que además de mantener agitado el clima electoral, irrumpen clandestinamente y afectan la universidad?. Parece que las directivas se encuentran bajo el embrujo autoritario de la seguridad democrática y confunden, como la mayoría desinformada, la protesta social con la violencia preelectoral.
Situación Nº 3
La situación de zozobra que producen los grupos al margen de la ley se acrecienta por cuanto los próximos comicios electorales han sido declarados objetivo militar.
Efectivamente las elecciones que se realizarán el próximo 28 de Octubre han sido cuestionadas por la Misión de Observación Electoral (MOE)[2], según la cual "en 576 de los 1.098 municipios del país no hay garantías para ejercer el derecho al voto"[3], debido a las implicaciones de los procesos de la parapolítica, el rearme de grupos paramilitares y bandas emergentes, la presencia e intimidación de los movimientos guerrilleros y las amenazas y asesinatos de candidatos a distintas corporaciones. Situaciones que han puesto en evidencia la precariedad de la democracia Colombiana y las dimensiones del conflicto armado en el país. Sin embargo esto no tiene relación causal con el cierre de la Universidad, lo cual pone en evidencia que las directivas desinformadas repiten un enunciado genérico que circula en los medios masivos, que fabrican una propaganda política basada en la popularidad del gobierno y en la aparición de un ciudadano que no decide en el juego argumentativo de la opinión pública, sino que se caracteriza por su indiferencia como elector, para movilizar el consumo, la lealtad y el conformismo.[4]
Situación Nº 4
En el día de hoy un reducido grupo de personas bloqueó los edificios e impidió el acceso de estudiantes, profesores y funcionarios al trabajo académico normal, lo cual constituye un grave desconocimiento al reglamento estudiantil que ordena nuestra convivencia.
Según las directivas, los estudiantes que el día 17 de octubre de 2007 denunciaban la precaria asistencia médica que se les brinda en las instalaciones de la Universidad, son “un reducido grupo de personas” que “bloquea los edificios”, impide el trabajo académico normal y además comete faltas contra el reglamento estudiantil que ordena nuestra convivencia.
Cómo es posible que las directivas excluyan a los estudiantes cuando ellos deciden constituirse en movimiento social para exigir el cumplimiento de sus derechos mediante el ejercicio legítimo de la protesta, y los incluya, con el rótulo grupos de personas, como sujetos susceptibles corrección mediante un reglamento estudiantil con funciones policivas, que regula lo que las directivas denominan nuestra convivencia.
Por los hechos que se desencadenaron el día 18 de octubre cuando la fuerza pública fue autorizada a ingresar a la Universidad, nuestra convivencia es la que impone el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD)[5], que utiliza gases lacrimógenos, petos policiales, aturdidoras, macanas, escudos y que se protege de las “agresiones de la población civil desarmada” con un sofisticado equipo de seguridad. El mismo organismo que defiende nuestra convivencia, según los informes de ACNUR,[6] es responsable de la muerte de Nicolás David Neira de quince años; del estudiante de la Universidad del Valle Jhony Silva Aranguren; del estudiante de la Universidad Nacional Óscar Leonardo Salas; y de varios campesinos y afrodescendientes en los departamentos de Cauca y Nariño, asesinados en el marco de diversas modalidades legitimas de lucha social, como protestas[7], movilizaciones[8] y tomas y bloqueos[9]. Se suma a la lista de acciones por la convivencia protagonizadas por el ESMAD, las agresiones de las cuales fueron víctimas los estudiantes, quienes denuncian estos hechos en un comunicado del día 18 de octubre y las heridas causadas al profesor Víctor Manuel Prieto del departamento de Ciencias Sociales y a una estudiante de biología de la Universidad.
Las situaciones analizadas hasta aquí desencadenaron según las directivas las siguientes decisiones:
Decisión Nº 1.
Suspender las actividades académicas presenciales de pregrado y salidas de campo desde la fecha hasta el 30 de octubre del presente año. Se exceptúan las prácticas docentes.
Decisión Nº 2.
Convocar a los profesores y al personal administrativo a continuar desarrollando sus actividades, de acuerdo con los planes establecidos por cada dependencia, con miras a restablecer las condiciones para culminar exitosamente el semestre que hemos adelantado.
Decisión Nº 3.
Aunar solidariamente esfuerzos para defender la universidad pública, el derecho a la educación, la vida de los ciudadanos y la libertad de cátedra, asumiendo una postura democrática y civilista que nos permita orientar nuestra voluntad política en la consolidación de la paz y la convivencia nacional.
Decisión Nº 4.
Invitar a los profesores y a los estudiantes a reflexionar y movilizarse en favor de una Universidad deliberante, sin violencia, responsable de la educación de nuestro país como corresponde a las expectativas que de ella tiene la sociedad colombiana.
En la primera decisión, al suspender las actividades académicas del pregrado se está violando el derecho a la educación, en el nivel educativo donde se concentra el mayor número de estudiantes, (cifras que indican ampliación de cobertura para la administración) quienes cuando pagan su matricula y pagan impuestos, esperan que las actividades académicas del semestre al cual se inscriben, se lleven a cabo en su totalidad, no esperan que por decisiones unilaterales de las directivas, pierdan el 12%[10] de la actividad académica a la cual tienen derecho. Como si fuera poco, no se suspenden las prácticas docentes, de las cuales los estudiantes son la representación institucional de la Universidad ante colegios y organizaciones, donde se desarrollan las prácticas docentes. Lo cual muestra que la Universidad no cumple con sus responsabilidades con los estudiantes, pero si les exige a ellos, que deben cumplir sus responsabilidades como miembros de la Universidad ante otras instituciones.
En la segunda decisión, después de suspender las actividades académicas de pregrado, se convoca a los profesores de planta y administrativos a continuar con las actividades regulares, como si estas no incluyeran el trabajo con los estudiantes de pregrado y como si no fueran fundamentales, para concluir como la administración sugiere, “exitosamente el semestre”.
Con las dos últimas decisiones, se busca un consenso silencioso para que la comunidad universitaria cumpla tres mandatos: aunar esfuerzos, defender la universidad pública, y reflexionar y movilizarse, a favor de una Universidad beligerante.
De esta manera se usurpan enunciados propios de las movilizaciones sociales, lideradas por estudiantes, docentes y trabajadores desde el mes de mayo de 2007, para referirse, en una neolengua[11], a una Universidad autoritaria, precaria en recursos, excluyente, sin posibilidad de disenso y dispuesta a emplear la fuerza policiva para hacer cumplir sus mandatos; una Universidad donde: la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza.[12]
Para nosotros la defensa de la educación pública y la reflexión y movilización social a favor de una Universidad beligerante, se realiza en condiciones muy distintas a las que proponen las directivas, quienes vienen demostrando de manera sistemática su incapacidad para entender los conflictos propios de la vida universitaria, para respaldar y garantizar los derechos que tenemos estudiantes, profesores y trabajadores como miembros de la comunidad y como ciudadanos.
Al perpetuar la posición autoritaria de las directivas, sustentada en situaciones y decisiones como las expresadas en el comunicado del 17 de octubre de 2007, una vez más están evitando el urgente debate público que venimos exigiendo desde mayo de este año, relacionado de un lado, con el estado presupuestal y financiero de la Universidad y de otro lado, con nuestra viabilidad como institución de educación pública, seriamente afectada por las reformas políticas del gobierno nacional y por los proyectos en los que está empeñado el futuro (Valmaría) y está pendiente el presente.
Omar Alberto Garzón
Sandra Patricia Rodríguez
Profesores UPN
[1] von Clausewitz, Karl (1832/1992) De la Guerra. Barcelona: Labor p.33
[2] La Misión de Observación Electoral es una organización de la Sociedad Civil independiente del gobierno y de los partidos políticos, conformada para realizar una observación rigurosa de todas las etapas de los procesos electorales colombianos. Esta conformada por organizaciones de la sociedad civil entre las que se encuentran Corporación Viva la Ciudadanía, Central Unitaria de los Trabajadores-CUT, Centro de Investigación y Educación Popular-CINEP, Confederación General del Trabajo-CGT, Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia-ANMUCIC, Corporación Nuevo Arco Iris, Corporación Centro de Estudios Constitucionales – PLURAL entre otras.
[3] Misión de Observación Electoral. Retos electorales, riesgos y recomendaciones. Elecciones. Colombia octubre 28 de 2007. En línea
[4] Habermas, Jürgen. (1961/1997). Historia y crítica de la opinión pública (5ª edición) México: Ediciones G. Gilli.
[5] El Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) es un comando especial que nace como un organismo desconcentrado de la Dirección Operativa de la Policía Nacional, con el objetivo de apoyar a los departamentos y policías metropolitanas en el control y neutralización de los disturbios ciudadanos y espectáculos públicos cuando su capacidad en talento humano y medios sea rebasada. Es decir es un ente policivo propio de la seguridad democrática, especializado en reprimir la población civil.
[6] Amnistía Internacional, Estado de los derechos Humanos en el mundo. Colombia, informes de 2006 y 2007. En línea
[7] Para información de las directivas, las protestas son “Acciones sociales de más de diez personas (el numero de diez personas como mínimo para considerar colectiva una acción es convencionalmente aceptado por los analistas de los movimientos sociales) que irrumpen en espacios públicos para expresar intencionalmente demandas o presionar soluciones ante distintos niveles del Estado o entidades privadas” Archila, Mauricio. (2003). Idas y venidas. Vueltas y Revueltas. Protestas sociales en Colombia, 1958-1990. Bogotá: ICANH–CINEP p. 482
[8] Para información de las directivas, las movilizaciones “Corresponden a las acciones sociales colectivas que hacen presencia temporal en espacios públicos, especialmente vías. Incluye lo que comúnmente se designa como marchas, concentraciones, mítines, plantones y manifestaciones públicas en general”. Archila, Mauricio. (2003). Idas y venidas. Vueltas y Revueltas. Protestas sociales en Colombia, 1958-1990. Bogotá: ICANH–CINEP p. 482
[9] Para información de las directivas, este tipo de protesta social se refiere a las ocupaciones temporales de instalaciones o de espacios públicos, no necesariamente estatales. Se incluye la toma de instituciones así como los bloqueos de vías públicas y las barricadas. Archila, Mauricio. (2003). Idas y venidas. Vueltas y Revueltas. Protestas sociales en Colombia, 1958-1990. Bogotá: ICANH–CINEP p. 482
[10] Comunicado de profesores. Departamento de Biología. Universidad Pedagógica Nacional. octubre 25 de 2007.
[11] Neolengua era el idioma oficial de Oceanía, construcción lingüística orientada a generar odio por el adversario, en este caso Eurasia. Orwell, George. (2004). 1984. Barcelona: Destino.
[12] Ibid. p.10
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